Gema fue presentada a
la virtuosa familia Giannini por un sacerdote pasionista. Esta familia,
encabezada por Chevalier Mateo Giannini, consistía en el padre,
la madre, Cecilia (hermana del padre), y doce hijos. Gema se hizo
amiga muy cercana de la piadosa señora Cecilia Giannini, quien terminó
persuadiendo al jefe de la familia para que adoptara a Gema. Gema
pasó los últimos cuatro años de su vida viviendo en la casa de los
Giannini. Este fue definitivamente el deseo de Dios ya que proveyó
a Gema de un descanso celestial y un ambiente spiritual sano donde
Gema pudo avanzar más fácilmente en el camino de la perfección.
Varios años más tarde
después de la muerte de Gema, el papa que la canonize (Pío XII),
escribió: "En el año 1899 la notoria misericordia y modestia de
Gema despertó tal gran admiración de una piadosa familia de Lucca,
la familia Giannini, que la invitaron a su casa para ser aceptada
como su hija".
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