Gema, recordando su niñez,
decía:,"Tan pronto como llegaba a casa de la escuela, iba directamente
a mi cuarto y poniéndome de rodillas, oraba los 15 misterios del
rosario, y muchas veces en la noche oraba por cerca de un cuarto
de hora pidiéndole a Dios que protegiera mi pobre alma."
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